6/7/09

Ocho días de sol al grito de fuera golpistas

Ocho días de sol, de consignas, de lluvia, de camaradería, de solidaridad, de impotencia reventada en un grito de “FUERA GOLPISTAS”.

Por: Karla Lara Cantautora hondureña

Hola Pepe: mirá que los caminos nos hacen encontrarnos de nuevo, tristemente el camino es ahora torcido y obscuro.

Hemos estado resistiendo, ya hoy son 8 días de sol, de consignas, de lluvia, de camaradería, de solidaridad, de impotencia reventada en un grito de “fuera golpistas”.

Hoy caminamos de un extremo al otro de la ciudad, desde la Universidad Pedagógica hasta el Aeropuerto. Éramos muchas y muchos, al inicio del día porque fue fuerte la información que se pasó diciendo que nos reprimirían, que habían órdenes de desalojo a cualquier costo, quizás en ese inicio no éramos tantos, pero la gente sale de quién sabe dónde, y deja el miedo atrás y de nuevo se viste de dignidad e inunda las calles, y en la misma medida en que se avanza en el recorrido, se suman y comenzamos a gritar mas fuerte “No somos cinco, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien”.

Porque el cerco mediático ha sido enorme, quitaron las cadenas internacionales de Telesur, Cubavisión, a una periodista de ustedes, de Televisión Española, la golpearon el primer día de manifestaciones, los canales nacionales que tenían una posición de denuncia, los que no repitiesen su mentira de “aquí no pasa nada, solo ha sido una sucesión del poder, un proceso normal”, a esos les cerraron sus canales, les quebraron sus equipos, y mucho se dice que los pocos que siguen son militarmente supervisados, los reporteros hablan con un fusil enfrente que les recuerda que “no pasa nada”.

Quién sabe cómo se negocia la verdad en el mundo. Curiosamente CNN es quien más informados nos tiene ahora, y hay que reconocerlo, con mucha veracidad, por ratos cierran aquí su transmisión, se inventan una cadena y entonces aparece el Cardenal, ese mismo que la Iglesia mencionó un día como el posible Papa, Oscar Andres Rodríguez, golpista y traidor como su estirpe, advirtiendo que si el Presidente vuelve puede haber un derramamiento de sangre, adviertiendo flagrantemente la barbarie, para lavarse las manos, como los Pilatos que son, y asumiendo el vil papel de voceros de quienes sabemos son los responsables del golpe, tanto como ellos.

Nunca había deseado tanto que el infierno de verdad exista para que esa clase religiosa, política y económica se queme toda, pero nunca había deseado más que ahora que no nos gane el miedo, que sepamos que nos protege la dignidad que nos arropa, la solidaridad que nos abraza por ser libres, aunque sea un poco, aunque sea para decir que no puede un golpista que se sentía amenezado por los intereses continuistas de alguien del Ejecutivo, cuando él tiene 27 años perpetuados en el Legislativo, posición desde la que se ha acomodado cada vez que ha querido la ley, los petreos y los no petreos, a su conveniencia.

Tengo el llanto recorriéndome toda, la impotencia, la incertidumbre, cuando regresábamos a la casa con mi familia, al salir de la marcha y la espera pacífica de horas frente al aeropuerto eran casi las 6 de la tarde y los medios recién anunciaban que el toque de queda iniciaba hoy a las 6 y media y no a las 10 de la noche, como los días anteriores.

Éramos miles regresando a casa, a los albergues los miles de campesinos y campesinas, trabajadoras y trabajadores que han venido de los diferentes departamentos a nivel nacional. Para todos el recorrido debía representar más de la escasa media hora que nos habían dado de margen, entonces llenamos nuestro micro bus, el mismo que en los tiempos recientemente buenos o al menos normales, traslada músicos, instrumentos, vidas, mensajes de esperanza, y lo llenamos de los que habíamos estado cerca, nos topamos a tantas y tantos en el mismo apuro, y muchos otros que es seguro, no se enteraban que la posibilidad de captura les acechaba.
Mientras escribo esto, lloro y lloro y de nuevo una cadena de radio y televisión, el Vocero de la Policía “nos vimos obligados a reaccionar, pretendían ingresar a las instalaciones del aeropuerto, investigaremos los móviles del caso”, cómo no vamos a llorar, mataron a dos jóvenes y a un niño de 8 años, pero ellos no lo saben todavía, así de grande es su cinismo, pero uno de los amigos acaba de llamar a mi hija y le ha asegurado que él vió cuando los subieron al carro que se los llevó al hospital o la morgue, quien sabe.

A pesar del tiroteo, de las bombas lacrimógenas nos reagrupamos, volvimos, creo yo que la mayoría, y de nuevo cantamos “el pueblo unido, jamás será vencido”, y de nuevo alzamos el puño y de nuevo cantamos el himno nacional y nos quedamos esperando la llegada del avión; cuando sobrevoló alzábamos los brazos, gritábamos siguiendo el ave enorme cual naúfragos en este país al que quieren condenar como isla sin un mundo y sin ley, y gritábamos celebrando que nos hubiesen encontrado y pudiesen rescatar: “si se pudo”, “viene Mel”, “si se pudo”, y brincábamos de alegría y el ave volvía a perderse en el cielo que ya no estaba tan azul, y de nuevo la pregunta ¿y qué dice la radio?, y mensajitos diversos en los celulares de cada quien, ya no viene, no lo dejan aterrizar, está tomada la pista, va para aca, va para allá, hay tanquetas, vienen o no los cascos azules?, y de nuevo la agonía y la impotencia, y el ave lejos y cada vez mas lejos, hasta que nos dejaron de nuevo solos en esta podrida isla.

Mañana volvemos a las 8am a la Pedagógica, otra vez no sabemos dónde iremos, “los blancos”, es decir los ricos, o los pobres tontos útiles, tienen su marcha también, solo que ellos no provocan como nosotros, a ellos se les protege y se las garantiza que nuestras turbas no les molesten su paz, la que bendicen los Cardenales Rodríguez, la paz que anuncia el Gorila golpista con ínfulas de Presidente, la paz que impone toques de queda, que mata niños, que toletea señoras, que persigue ancianos, pueblo digno que de nuevo vencerá el miedo y se va a volver a vestir de colores, porque de colores quisiéramos que fuera la razón y no el dolor y la brutalidad que impera.

Mañana seguiremos esperando que las presiones internacionales coadyuven, pero sobre todo mañana esperaríamos que nosotras y nosotros, hondureñas y hondureñas nos decidamos a pelear, a denunciar el golpe de estado y a luchar porque se reestablezca la forma política que haga posible la consulta, una Constituyente diferente, es decir, un camino en esta democracia, que además seguimos pensando, debe ser más que electorera.

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