Nadie puede silenciar la protesta popular

Movimientos sociales y organizaciones populares en Honduras continúan en la calles de las principales ciudades del país en protesta contra el gobierno de facto liderado por Roberto Micheletti, pero con la incertidumbre ante lo que podría suceder tras el ultimátum anunciado
este lunes por el presidente legítimo Manuel Zelaya a los golpistas para que salgan del poder.

Las fuerzas sociales, agrupadas en el Frente Nacional contra el Golpe de Estado, ratificaron este lunes en asamblea plenaria incrementar las acciones para lograr la restitución del orden constitucional y del presidente.

Paralelamente, miembros de los seis colegios del magisterio confirmaron la decisión de proseguir la huelga iniciada 24 horas después de iniciada la asonada hasta lograr la vigencia de la
legalidad democrática en la nación.

Mientras tanto, la colaboradora de teleSUR en Tegucigalpa, Regina Osorio, dijo vía telefónica que luego del ultimátum anunciado por el presidente constitucional hondureño este lunes, se generó mucha incertidumbre en el pueblo. Según detalló Osorio, algunos sectores están alegres, pero otros están preocupados, porque al ingresar el presidente podrían asesinarlo y con él, matar a simpatizantes de Zelaya.

Durante el fin de semana hasta este martes, se han presentado al menos 40 denuncias a nivel nacional de violaciones de los derechos humanos a los hondureños.

Osorio también transmitió la denuncia de varios sectores que afirman que el gobierno de facto, presidido por Micheletti, se encuentran en un proceso de "cacería" a los ministros del presidente legítimo, Manuel Zelaya, acusándolos de supuestos delitos de corrupción para crear un ambiente de desestabilización, y así "hacerle creer al pueblo que son corruptos para que no apoyen el regreso de Zelaya".

Además, dirigentes de base del Partido Liberal, junto al Nacional, los dos tradicionales del país, convocaron este martes a una reunión para acordar acciones contra los golpistas.

Un grupo de 14 diputados de la bancada liberal tomó distancia del complot e incluso anunció un viaje a Washington para cabildear contra el gobierno de facto.

Tanto el presidente constitucional como el jefe del gobierno de facto, el empresario Roberto Micheletti, son liberales, aunque este último se ha rodeado de colaboradores de sus antiguos rivales electorales del Nacional.