11/7/09

Hasta cuando los hondureños seguirán aguntando a sus verdugos

Me llama a la reflexión la opinión de algunos analistas internacionales con relación al caso de Honduras, sobre el golpe perpetuado el 28 de junio del presente año. Quizás no tenga la capacidad de análisis de muchos de ellos, pero debo decir que hay que vivir o haber vivido en Honduras para conocer la realidad en que nos encontramos las grandes mayorías del país.

Después de dos décadas de vivir bajo las riendas de regímenes militares; los/as hondureños/as regresamos hace ya casi treinta años al sistema democrático. Sin embargo, muy pocos han sido los cambios en relación a lo económico, político y social en la sociedad hondureña, antes bien, esta democracia se ha visto salpicada de sangre, dolor y lagrimas.

Solo hay que dar una mirada hacia atrás y nos damos cuenta que los hoy golpistas y los defensores de este acto oligárquico y abusivo, son los mismos esbirros que hace 27 años enlutaron al pueblo hondureño, entregaron el territorio y nos sometieron en nombre de la democracia, el respeto y apego a la ley a las más crueles monstruosidades humanas.

El pueblo hondureño lo han consumido en la miseria; solo hay que adentrarse en el país para darse cuenta de los cordones de indigencia en que se vive, mientras la clase pudiente, los que se han creído dueños del territorio, éstos que en su mayoría son de descendencia extranjera, viven como si este fuera el país más rico del hemisferio, con carros millonarios circulando por las calles y no digamos sus lujosas mansiones.

Honduras ha tenido y sigue teniendo una brecha de grandes desigualdades, de altos índices de corrupción. Quienes han contribuido en la profundización de esta brecha son la clase oligárquica y la clase política, los que han hecho uso de las arcas del Estado como su hacienda propia; el narcotráfico casi legalizado por ésta élite, financiando sus campañas políticas; la violación de los derechos humanos a la orden del día, la exclusión, la discriminación, el analfabetismo en todo sentido y no digamos la insalubridad; todo esto nos ha llevado entre otros a la descomposición social; problemas tales, que no han sido suscitados en los últimos tres años; al contrario, han sido los que el Presidente José Manuel Zelaya Rosales ha querido disminuir y se ha encontrado con armaduras de hierro que no le han permitido avanzar.

El hablar del respeto a la ley es una utopía en Honduras, ellos mismos han diseñado la ley, la han aprobado y acomodado a su antojo y no les ha bastado, cuando han creído que algo no les favorece, lo tocan y trastocan cuantas veces les da la gana.

Sin consultarle a nadie han alterado hasta los artículos que ellos llaman pétreos de la Constitución de la República; y no quiero hacer un recuento de los últimos 27 años, porque tendría que utilizar un sinnúmero de paginas para enumerar los casos; solo me referiré a algunos en los últimos seis años, entre los cuales están:

La inscripción de Ricardo Maduro para que pudiese ser candidato a la presidencia de la República, un extranjero reconocido y que él mismo acepta, participando en asuntos políticos en el país hasta convertirse en el primer mandatario de la nación, es una violación abierta a la Constitución; la participación de Roberto Michelleti en las recientes elecciones internas, quién siendo presidente del Congreso Nacional, no renunció de tal cargo, con el único fin de tener a su disposición los recursos del Estado para comprar conciencia que le favoreciera en la candidatura presidencial, recurriendo además a la Corte Suprema de Justicia para que le acomodara la ley, aunque se violentase la Constitución de la República y por último para no cansarles por si es que no lo saben o se les ha olvidado, la candidatura de Elvin Ernesto Santos siendo vicepresidente de la República; esto es un irrespeto abierto a la ciudadanía y un abuso.

Que decir de los poderes del Estado, un Congreso Nacional compuesto por los vasallos de Carlos Flores Facusse quién manipula al Partido Liberal a su antojo, de los Canahuati, de los Ferrari todos ellos dueños de medios de comunicación que además manipulan la información y la comunicación en el país, sin dejar de mencionar a Rafael Leonardo Callejas, Ricardo Maduro, y otros que por allí robándole al pueblo como Arturo Corrales se han colado a ésta élite; éstos son los que se creen dueños y señores de Honduras, los demás son títeres obedientes como: Oswaldo Canales, Evelio Reyes, Rene Peñalba, Misael Argeñal, estos últimos representantes de Iglesia Evangélica, entre otros, que han logrado un status quo y han salido a la palestra para defenderlo. Todos ellos, basura humana señores responsables de los grandes problemas a los que hoy nos enfrentamos.

Que decir de la Corte Suprema de Justicia, un poder del Estado supeditado a otro, pues éstos son nombrados por el Congreso Nacional; y si ya sabemos como se maneja éste para que continuar haciendo relaciones. Pero sí, es de mi interés que sepan que así se nombran el Fiscal General de la República, el Comisionado de los Derechos Humanos, los magistrados del Tribunal Superior de Cuentas, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral y así, hay un control de todos los órganos que deben impartir justicia en el país. Perdónenme si estoy equivocada o si soy ignorante pero me pregunto ¿Es esto Democracia Señores?

Cómo pueden ver, la dinámica de impunidad creciente en la sociedad hondureña y de insuficiencia de las instituciones para aplicar la ley, trastoca de raíz uno de los principios básicos de y lo que significa la vida en sociedad: el administrar justicia a sus miembros y brindar seguridad en todos los órdenes de su existencia.

En Honduras, son demasiado evidentes los vacios de tipo jurídico, político e institucional, los cuales impiden la expresión plena de la voluntad política y la participación ciudadana. El pecado más grande del Presidente José Manuel Zelaya Rosales es desobedecer las órdenes de la élite e intentar hacer cambios en este sentido, cambios que favorecen a las grandes mayorías del país. “Vaya Pecado”

Lo que sí es impresionante ver como la oligarquía se une y mueve a sus capataces para defender sus intereses y seguir manteniendo subyugado a este pueblo, no podría jamás creer que hubiese un tan solo pobre defendiendo los intereses miserables de los ricos de este país, éstos que nos hacen creer que en Honduras no pasa nada, nos mandan militares, gente de nuestro pueblo a que nos golpee, mientras ellos hacen marchas con gente forzada obligados por las empresas privadas o las iglesias para que salgan en contra del único Presidente que se ha identificado con los pobres.
Pero no nos acobardemos esta lucha es nuestra, si la perdemos retrocedemos cien años, mantengamos la resistencia popular que la oligarquía está desesperada, si no hubiese sido así el disque nombrado Ministro de Relaciones Exteriores no se hubiese referido al Presidente de los Estados Unidos como “negro pigmeo”; son irrespetuosos ya no les vasta irrespetarnos a nosotros sino que a todo el que está en contra de su golpe de Estado.

Una Hibueras diferente nos espera, más igualitaria, más equitativa y con justicia para todos. ¡Pueblo hondureño… levantémonos y no desmayemos!

Mary Cálix

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