Los representantes de la industria turística centroamericana tuvieron que reconocerlo: el golpe de Estado perpetrado por la empresa privada hondureña y ejecutado por los militares instalando a Roberto Micheletti fue el tiro de gracia que menos se esperaba en esta época, ya de por sí, problemática: " un mercado seriamente afectado por el golpe militar del 28 de junio en Honduras" dicen las fuentes oficiales.
Tan grave es la crisis que la Federación de Cámaras de Turismo (FEDECATUR) están haciendo hasta lo imposible para unir esfuerzos para que las pérdidas sean menores que las habidas hasta ahora, y es que dar un golpe de Estado en plena temporada puede ocurrírsele unicamente a la débil y desraizada empresa privada hondureña, que siempre ha visto a corto término y jamás ha podido superar el cortoplacismo.
Esa debilidad e inmadurez fue habilmente explotada por los tiburones venezolanos golpistas y ahora por los aventureros cubanos que, tranquilamente, llegan a ofrecerse al gobierno de facto para reprimir a los hondureños que protestan contra el golpe de Estado.
Pami Marinakis, presidente de la Cámara de Turismo de Honduras, estimó que la llegada de turistas a su país en los meses de junio y julio se redujo en un 80 por ciento como consecuencia de la inestabilidad política creada por el golpe de estado del 28 de junio, según le cita hoy el rotativo "La Prensa" de Managua.
En tanto, directivos de la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) de Nicaragua adelantaron que el ingreso de turistas estadounidenses y centroamericanos por los pasos fronterizos con Honduras se podría haber reducido hasta en un 80 por ciento, aunque los datos oficiales no se conocerán hasta septiembre.
Según Lucy Valenti, presidenta de CANATUR, se espera entonces un reporte oficial del Instituto Nicaraguense de Turismo (INTUR) sobre las afectaciones al turismo local por la inestabilidad política regional como consecuencia del golpe en Honduras.
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