4/8/09

Desnudando realidades: los golpistas han formado un gobierno empresarial

Por considerarlo importante tomamos una parte del trabajo realizado por la periodista Thelma Mejía, por el año 2006.

En este país, el avance más o menos silencioso de grupos ligados al poder económico y el crimen organizado en las estructuras partidarias y estatales es objeto de análisis y preocupación en la academia, la política y la sociedad civil, que advierten riesgos para la legitimidad del sistema democrático.

Dos tipos de fuerzas controlan el poder político, según analistas consultados por IPS. La primera es de los poderes económicos de familias tradicionales que se han remozado y están copando las estructuras partidarias y puestos de decisión en el gobierno.

"Ellos son los grupos de poder legal, por así decirlo. Pero están los otros, ocultos y ligados al crimen organizado, especialmente el narcotráfico, que tiene una fuerte presencia en el país", dijo a IPS el politólogo Ernesto Paz, de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

"Estos grupos que no sólo paralizan sino que mediatizan reformas políticas necesarias para el país, están generando crisis de gobernabilidad y debilitando el sistema de partidos", agregó.
Según los consultados, las familias que ejercen mayor influencia son exponentes de comunidades de origen árabe y judío, identificadas en sectores económicos como la maquila, la energía térmica, las telecomunicaciones, el turismo, la banca y las finanzas, los medios de comunicación, la industria cementera y el comercio.

La investigación "América Central, grupos de poder e integración real", presentada a mediados de este año por la fundación alemana Friedrich Ebert, subraya que estos grupos se apoderan en la región del espectro que conforman los partidos políticos.

El estudio identifica "gobiernos empresariales", como el salvadoreño, y "gobiernos pro-empresariales" como los que han tenido Honduras y el resto de países del istmo en los que el vínculo entre estructuras gubernamentales y sectores privados ha sido menos directo que en El Salvador.

Los empresarios de la comunidad de origen árabe Miguel Facussé Barjum, inversor y agroindustrial, su yerno Fredy Nasser, Schucry Kafie, magnate de la energía térmica, y el banquero, industrial y comerciante Jaime Rosenthal son las personas más poderosas de Honduras.

Nasser y Kafie controlan el emporio de la energía térmica, y la ramificación de los negocios del primero se extiende a la concesión de los principales aeropuertos del país, así como a acciones en compañías telefónicas en Guatemala, entre otros. En esa línea de grupo económico sigue en importancia el empresario de la madera y accionista de bancos y de combustibles José Lamas, de origen cubano.

Del lado de los medios de comunicación, cuya influencia cobró fuerza entrada la década de los 90, se destacan los empresarios Rafael Ferrari, Carlos Flores Facussé, ex presidente del país (1998-2002) y sobrino de Miguel Facussé, y Jorge Canahuati Larach.

Para el sacerdote jesuita Ismael Moreno, estos grupos "se interrelacionan entren sí y a nivel del sistema político hondureño, donde su injerencia es muy fuerte, al grado de afirmar que ponen gobernantes, dictan la agenda informativa en los medios de comunicación y son los principales aportantes de las campañas políticas".

"La presencia de apellidos, unos en el Congreso (legislativo) y otros en el Poder Ejecutivo, no es casual. Ellos saben cómo intervenir, pedir y demandar. El Estado parece presa de ellos, y los gobiernos son el instrumento para obtener poder y ganancias", dijo a IPS Moreno, director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), de la comunidad jesuita en Honduras.

"Si antes disimulaban mejor su ambición, en la última década se han desbordado, y parece que este país, despojado y despedazado, aún tiene carne para comer", agregó.

De los siete millones de hondureños, 65,3 por ciento vivían en la pobreza y 53,4 por ciento en la indigencia en 2005, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Un asesor presidencial, que pidió no dar su nombre por razones de seguridad, dijo a IPS que "estos grupos son insaciables, piden y piden. Hace dos meses, en una reunión con el presidente Manuel Zelaya, le dijeron que en los años 80 las decisiones políticas fundamentales para el país se consultaban en los cuarteles de los militares, pero ahora estaban ellos, los empresarios y los medios de comunicación".

"Ustedes son temporales, en cambio nosotros somos permanentes. Queremos que se nos consulte en las decisiones, queremos contratos y participar de las licitaciones, opinar sobre algunos nombramientos de funcionarios públicos y contratos de publicidad con el Estado", le han dicho estos grupos al gobierno, según la fuente, que enumeró algunas de sus demandas.

El gobierno de Zelaya, iniciado en enero de 2006, soporta desde entonces roces con algunos de los grupos más poderosos del país, pues en su gabinete hay exponentes del sector empresarial judío que encabeza el banquero y político Rosenthal, enfrentado a las más influyentes familias árabes citadas.

Rosenthal, fallido aspirante presidencial en cuatro oportunidades, pertenece al gobernante Partido Liberal y tiene intereses en medios de comunicación, la industria del cemento, la exportación de carne y de lagartos, la banca, los seguros y las telecomunicaciones, entre otros. Fue bastión clave en la campaña electoral de Zelaya.

Su hijo, Yani Rosenthal, es el actual ministro de la Presidencia, encargado de coordinar todos los ministerios y las más importantes carteras de créditos y proyectos de la administración pública.
¿Con quién gobierna Zelaya, si tiene marcadas diferencias con algunos grupos de poder? Con la familia Rosenthal y con otro sector empresarial no ligado a las estructuras tradicionales, que intenta, junto al presidente, "marcar distancia de quienes han exprimido por años este país", según la versión del asesor presidencial consultado por IPS.

Este grupo es encabezado al parecer por el jefe del personal presidencial y administrador de la Casa de Gobierno, Roberto Babún, ligado al rubro de la explotación y exportación maderera. Junto a él se alinean empresarios del turismo, de la generación de biodiésel, fuertemente impulsada en la actual administración, y de la energía térmica.

Versiones no confirmadas señalan también vínculos del gobierno con empresarios guatemaltecos que habrían aportado recursos sustanciales a la campaña del mandatario.

En opinión de la diputada oficialista al Parlamento Centroamericano, Gloria Oquelí, este panorama "pone en riesgo la estabilidad de los partidos, porque la penetración de estos grupos es tan evidente, que estamos quedando sin líderes políticos propiamente".

"Su participación no es que sea mala, deben estar, pero deben dejar a los políticos que sean ellos quienes gobiernen y no al revés, gobernar ellos a los políticos como se ve en la práctica. Hay que repensar cómo modernizar el sistema político y hacer de los partidos grupos menos elitistas y más abiertos a la ciudadanía y la participación social", acotó.
Thelma Mejía

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