Lo que ha ocurrido en Honduras es un típico golpe de estado y como tal debemos rechazarlo con fuerza. Tuve diferencias muy serias con el planteamiento de cuarta urna del señor Zelaya y expresé por qué con la cara al sol sin temor a la crítica de los amigos que pensaban distinto o de dirigentes del movimiento popular que se habían identificado con él; así como me hubiera indignado que el regimen de don Manuel me hubiera silenciado represivamente, así condeno que a él se le hayan aplicado igual tipo de medidas.
Entiendo que en un régimen democrático las diferencias se zanjan en el debate jamás usando las armas y los recursos de violencia que el pueblo ha colocado en manos de las Fuerzas Armadas; me hubiera gustado que la posición anticuarta que sustentabamos un sector del movimiento popular lo hubieramos vencido por la vía civilizada de la lucha política.
Eso de sacarlo por la fuerza de su casa en ropas menores en horas de la madrugada y que se le haya exiliado es una medida que nos hace volver al trágico ayer y yo, víctima de ese ayer, me rebelo completamente contra ello. Las jornadas legislativas de hoy, aparentemente justificadas por desacatos y desórdenes administrativos, tienen un pecado original que las deslegitima y que identifica al gobierno de Micheletti como un gobierno usurpador a quien nadie debe obediciencia: la barbarie militar de la madrugada de hoy.
Desde hoy me uno a la resistencia contra el golpe y a la lucha por la restitución del presidente a su cargo para que encamie un gobierno respetuoso de las leyes; asimismo fortalezco mi alianza contra aquellos sectores del movimiento popular que se pronunciaron en los momentos más duros de la lucha contra el proyecto de cuarta urna y que sin caer en las tentaciones del grupo de don Manuel, ni en la alianza con las fuerzas reaccionarias responsables del atraso, piensan en la organización revolucionaria del pueblo para lograr la transformación social.
Aníbal Delgado Fiallos
Entiendo que en un régimen democrático las diferencias se zanjan en el debate jamás usando las armas y los recursos de violencia que el pueblo ha colocado en manos de las Fuerzas Armadas; me hubiera gustado que la posición anticuarta que sustentabamos un sector del movimiento popular lo hubieramos vencido por la vía civilizada de la lucha política.
Eso de sacarlo por la fuerza de su casa en ropas menores en horas de la madrugada y que se le haya exiliado es una medida que nos hace volver al trágico ayer y yo, víctima de ese ayer, me rebelo completamente contra ello. Las jornadas legislativas de hoy, aparentemente justificadas por desacatos y desórdenes administrativos, tienen un pecado original que las deslegitima y que identifica al gobierno de Micheletti como un gobierno usurpador a quien nadie debe obediciencia: la barbarie militar de la madrugada de hoy.
Desde hoy me uno a la resistencia contra el golpe y a la lucha por la restitución del presidente a su cargo para que encamie un gobierno respetuoso de las leyes; asimismo fortalezco mi alianza contra aquellos sectores del movimiento popular que se pronunciaron en los momentos más duros de la lucha contra el proyecto de cuarta urna y que sin caer en las tentaciones del grupo de don Manuel, ni en la alianza con las fuerzas reaccionarias responsables del atraso, piensan en la organización revolucionaria del pueblo para lograr la transformación social.
Aníbal Delgado Fiallos
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